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* Ediciones Orillera es un sello de autor (2009) con el que llevamos publicados diez libros. Podés pedirlos aquí orillera@gmail.co o al teléfono +549 2954 614932

* Literatura infantil y juvenil

lunes, 24 de diciembre de 2012

Una historia minúscula de Navidad

La Clara y la Oscura

Las dos viven en mi barrio y deben tener igual edad. La Clara es cocinera y puso un almacén de comidas en su garaje. En un pizarrón con pie, escribe el menú del día pero suele errarle a las "bé" largas, a las "vé" cortas y más de un lunes te tenés que comer una merluza con "ese". Cuando es sábado, escribe con tiza de color, dibuja nubes o hasta un trazo verde que podría ser radicheta o rúcula... Me parece que se llama Marta y me parece que los domingos, hay variedad de postres.
La Oscura tiene un negocio más allá, en la otra cuadra, como una mercería con anexo de costura y tejidos por encargue. No hay pizarrón ni carteles, sólo una ventana chiquitita a modo de vidriera y un papel escrito a mano que dice " Estoy " -de un lado- " No estoy" , del otro. 
Si vas por el pastel de papas, los martes, la Clara te sonríe, cuenta cosas del barrio, de los sobrinos, del perro de Julia, del gobierno, de la comisión vecinal...Te agrega un ramito de hierbas frescas en el paquete - " sin cargo"- un pan mignón, una servilleta y ofrece bebida fresca, queso rallado o aderezos caseros.
La Oscura no, se mete para adentro, vayas o no vayas el martes u otro día cuando " Estoy" , te vende la bobina de hilo o el elástico y ya. Envuelve, cobra, nada más. 
No se como se llama de verdad ni que hace los domingos.
Las dos están solitas mi alma y - con distinta luminosidad- pelean.
A mi me gustaría que se mezclen, como el café y la leche; como la enagua y la falda ... y pasen juntas una linda Navidad.



Adriana Lis Maggio




lunes, 17 de diciembre de 2012

Ventana con gato y feliz navidad


La ventana con gato, hoy tiene cortinas. Cada día paso caminando y miro el hueco para inventar historias. El gato huyó, la tela ondea y el rumor de los chicos que se bañan en el fuentón de lata, se mezcla con los girasolitos del piqué. ¿Serán de piqué? Un par de ganchos zafados me permiten más datos para la historia: el gato, los niños, la madre que trabaja desde tan temprano, nunca el padre, dos sillas de caño plateado y un plato de color verde. Por hoy es suficiente, hasta mañana.
Mañana (ayer, pues todavía me queda un día de camino, de mirar, de la historia) la ventana es sin gato y sin cortinas. Un pleno de murmullos y olores salen a la vereda. Veo hasta el fondo la cama de dos plazas a puro cotín de colchón con resortes, sin sábanas pero con una manta revuelta y voy contando pies… Seis pares de plantas arrugadas y una cola de perro. Escucho pava hirviendo y aún la bicicleta, por lo que asumo que madre todavía no se fue. Una casa cuadrada con yuyo en el revoque y campanillas rosas, de abertura tenue y frescas. La madre fuma, es joven y seguro que el póster de Rodrigo lo puso ella. Los niños deben ser como cuatro. O cinco. O cuatro y un bebé y sigue siendo cinco. O seis. Hay radio, tevé y ventilador. Ya estoy casi por la esquina, se acaba, hasta mañana.
Hoy. Hoy la ventana tiene todo, los girasolitos titilan. El gato se ilumina de distintos colores y pareciera que la familia duerme. Es feriado, armaron arbolito porque mañana quienesquieraque sean y el mundo. Y el gato. Y yo, celebraremos navidad.

¡Felicidades!

martes, 30 de octubre de 2012

Hacer aguas


sábado, 13 de octubre de 2012

El amor en los tiempos... del mensaje de texto.



Lunes:
*¿Salimos?
*Dale.
*A las ocho por tu casa.

Cine. Vino blanco con pescado al vapor con finas hierbas. Amor y vivimos juntos tres semanas

Martes (de tres semanas después)
*¿Miramos una peli en casa?
*Dale.
* Traete una de acción y pizza.

Cine en video. Cerveza con muzzarella doble. Amor y vivimos juntos cuatro semanas.

Miércoles (de cuatro semanas después)
*Esta noche tengo asado con los muchachos.
*¿A qué hora volvés?
*Tarde. No me esperes.

Jueves (al día siguiente)
*Anoche estuve en tu casa. Lavé los platos. Me corté con una copa.
*Sangré. Sangré. Sangré. No viniste.
*Te llamo.

Viernes (inmediato)
*No llamaste ayer.
*¿Todavía te sangra?
* Adiós.

Sábado
*Sin crédito

Domingo (otro número)
*¿Salimos?
* Ok.
*A las ocho por tu casa.

* En Menta. Ediciones Orillera. 2009

viernes, 28 de septiembre de 2012

Una flor en la ventana


Cada día le deja una flor en la ventana. A veces la trae de su jardín, otras veces la roba por el camino pero nunca nunca se olvida. Las preferidas son las violetas porque la planta de su casa está muy grande, su flor es noble, perfumada y se mantiene fresca mucho tiempo. También puede ser que le deje un narciso o una margarita. Las margaritas son tan bellas. El martes arriesgó y dejó una marimonia. El tema de las marimonias es que tienen pétalos demasiado finos y no sea cosa que hasta que él abra y la tome para ponerla en agua, ya esté marchita. Por las dudas no repitió.
Eva tiene una casita de barrio con un jardín abarrotado de cosmos, geranios, dalias y mucho verde de flores populares y baratas. Vive sola y trabaja clasificando botones según el agujero, en una mercería del centro. Hasta allí va cada día siguiendo el mismo camino. El camino que pasa enfrente de esa ventana. Lo vió salir dos o tres veces, alto, moreno, levantandosé el cuello de la gabardina y ni siquiera sabe su nombre. Poco. Poco y nada sabe de él y de su vida pero a Eva no le importa. Uno puede imaginarlo todo a partir de un gesto; inventar mil historias que ni siquiera se escriban. Eva, yo ... ya somos dos que pueden prescindir de las palabras y dejar, simplemente, una flor en la ventana.

* En Menta. Ediciones Orillera 2009

martes, 18 de septiembre de 2012

Amparo de circo


Amparo nació en el circo: parto fácil y con pirueta de su mamá trapecista. El padre, administrador y domador de tres tristes tigres. La carpa de colores rodó, rodó por todo el mundo con su magia, su música y las jaulas olorosas de los animales. La tía Matilde, encargada de presentar cada número con voz de locutora, cuidaba de Amparito y transmitia (lé) su disgusto por tener animales: Le digo a tu papá que no está bien, que por qué no ponemos luces nuevas, aguas que bailen, en vez de adiestrar esos bichos que mejor estarían en ¡la selva!... El elefante Mario me mira y sufre, yo lo sé. Así asi así chiribín pin pin...pasa el circo por pueblos y ciudades. Por los años de los años. Pasa, hasta que un día en el que Matilde y Amparo salen a pasear con Mario, el cielo se pone rojo encima de la carpa. Luminosas lenguas consumen pasto, tablas, casillas, payasos...todo, todo se hace carbón finito por el aire y todo-nada queda. Ululan las sirenas de los bomberos, las lágrimas de miles de ojos de vecinos de la ciudad, más las mías- que estoy viviendo la historia- apagan el incendio. El elefante Mario ayuda con su trompamanguera mientras Amparo y tía se perplejean mirando. Rojo, rosa, naranja, verde, celeste, blanco, negro, gris, gris, gris... y en tanto se reflejan todos los colores, el corazón Matilde se detiene pa ra (aah) siem pre (ehhsshh).
No queda nadie más. Amparo, el elefante y esos mundos de circo que andan por ahí.

*En Minúsculas. 2010

jueves, 30 de agosto de 2012

El destino del chancho. Un testimonio.


Nací en la chacra de Rossato, un señor más gordo que mi mamá pero de buen corazón. Justamente, gracias a esa sensibilidad, me dieron a la familia Pérez ya que mi madre me quería comer. Tenía sólo dos días pero Jorgito, el hijo menor, se preocupó de alimentarme y así crecí sano y fuerte. Era raro vivir con los Pérez. El cuarto que me dieron tenía piso duro y por más que escarbé, nunca hice un pozo. Tampoco tenía charcos para bañarme y me daban la comida en una especie de plato hondo colorado que yo hubiera cambiado gustoso por un puré de tomates podridos. En la casa también vivía una tortuga que no saludaba a nadie y un perro con el que nos hicimos amigos. Crecí crecí, crecí sintiéndome chancho de otro chiquero pero me acostumbré a todo y era feliz. Ni siquiera pensaba en el hecho de por qué mi madre me querría comer? Es más, no desarrollé ningún complejo de relación con lo femenino y me enamoré sin problemas de Raquel, la maestra de inglés de la nena de la casa. Siempre traía de regalo, restos de su almuerzo y me dejaba salir a oler con el perro, mientras duraba la clase. Pero la felicidad no permanece y cuando ya estaba completamente adaptado a ser un chancho Pérez, fue la misma Raquel la que me devolvió a la chacra de Rossato, porque la familia me quería ¡comer! Ahora todo comienza otra vez, supero el asco que me da el barro y engullo todo lo que encuentro a mi alrededor. Comprendí que no son los sentimientos sino la comida, lo que nos traslada de un lugar a otro hasta que llegue el fin.

* En Menta, Ediciones Orillera. 2009
* Leyendo Menta, en General Pico ( Médano)

martes, 7 de agosto de 2012

Natural


La vida de la abuela cabe en un renglón: hija natural, de vida natural y muerte natural.
El testamento dejaba precisas instrucciones para cuidar los plátanos del fondo y el detalle de la receta del budín de navidad.
La abuela Paula nunca fue tierna viejecita, sino más bien una “tercera edad” muy de gritar, de dar órdenes e insultos a todos- “...familia de inútiles”- quienes no pudieron impedirle la vejez.
Antes de morir, cumplió 86 con fiesta de cumpleaños en coqueto salón y bien preparada por aquellos inútiles. Agasajo repleto de otros; repleto de vino dulce y rezongos de la tierna, que no paró de protestar.
Ingrata Paula.
Ingrata Paula que solo tuvo plátanos, receta de budín y una muerte natural.

* En " Minúsculas".Ediciones Orillera 2010/ reedición 2012
* Foto: Hija china con abuela Pety, abuela Chela y abuela Estela.

domingo, 29 de abril de 2012

Lere leré o la guitarra de Catalina lina


Pedro construye una guitarra para su hijita Catalina. No es luthier pero su padre le enseñó música cuando era pequeño y tiene mucho oído. Lo que tiene, se ve, si, se ve se ve se ve, es un amor muy grande por Catalina. Lo que no tiene, se ve se ve se ve, si, no, es dinero para comprar una guitarra. Usa unas maderas suaves y la saca al patio para que se llene de viento.
Durante el proceso de la construcción, Catalina le merodea le divierte le trae una hojita de trébol o un pedazo de tierra con pasto. Le Catalina lina. Otro día, hablan en jeringozo o cantan había una vez /una gata/ con una casita verde/muy cerca del río/ debajo del cielo azul/ laralazul/ larazul/larazul…y la guitarra se llena de ternura y de sonidos. Ayer, Catalina y Pedro tuvieron una larga tarde en el taller. Trajeron lápices para dibujar un plano de cómo poner las cuerdas, trajeron guantes para que la humedad de sus manos no cambiara la afinación y trajeron todo lo que había que traer. Catalina lina le lereó lereó y está todo casi listo, aunque yo creo que guitarra, amor y Pedro, nunca terminarán. Se ve se ve se ve. Sí .

* En " Menta" . Ediciones Orillera 2010.




* Foto presentación " Menta" . Jockey Club. Santa Rosa. La Pampa.

viernes, 6 de abril de 2012

Amores imposibles


Ella lo amaba desde el vidrio. Detrás del vidrio acomodaba unos tomates y lo veía enfrente, dibujando.
Cada mañana vecinos. Luisa verdulera y él, arquitecto.
Pasaron meses, remolachas, torres gemelas, kiwis, planos y algún que otro buen día.
Está casado Pola , y ni siquiera viene a comprar...”
Años, naranja ombligo, buenos días y sigue dibujando para el reflejo, para el vidrio, para la verdulera.
El jueves del camión de la lechuga mantecosa, arquitecto, mujer, los cuatro hijos y el tablero, se fueron.
“ Se mudaron Pola, y ni siquiera sé como se llama..."
Naturaleza muerta.

* En Minúsculas. ediciones Orillera 2010. Foto presentación en Bs As. casa de Victoria Ocampo.

miércoles, 15 de febrero de 2012

Costumbres


Eusebio Ceferino Enrique fue Comisario en la última Dictadura Militar.

A Quique le gusta la buena cocina.

En el mayo de entonces, los lunes a las 13 hs, su señora lo esperaba con spaguettis al dente, salsa de cuatro quesos, para cuando venía de torturar.

El martes tocaba matar en tiroteo y vuelta a las 14 hs para un clásico: lomo a la pimienta.

Los miércoles de ronda. Sin horario. Fast food.

Jueves picana y escargots; viernes paté y paté, en fin...

Y así lo jubiló la democracia.

Quique descansa la cabeza mientras pesca pejerreyes en “La redonda”. Disfruta de la paz de esa laguna y les enseña secretos de carnada a los tres nietos.

Eusebio; Ceferino y Enrique son hijos de la hija robada.

Quique pesca. Cuando el balde se llena con su botín plateado, ahí nomás abre, arranca la columna de los peces, les corta la cabeza, los limpia y regresa feliz.

Ahora en la cocina manda él.

* En Menta (Ediciones Orillera 2009)

* Foto de web